martes, 18 de junio de 2019

RECURSOS PARA EL APRENDIZAJE


Por Hannibal Ovalles



     Lo que aprendemos determina la profundidad de nuestras vidas; la experiencia, la cantidad de sabiduría que obtenemos por cada uno de los hechos vividos. La composición exacta de la existencia es la acumulación de aprendizajes, la obtención de sabiduría y la práctica de la experiencia, convertida en habilidad.


     Desde que percibimos por los sentidos este mundo, estamos aprendiendo, constantemente resolviendo problemas y creciendo, física, emocional e intelectualmente. En una buena cantidad de tiempo de existencia, nuestro aprendizaje es empírico (experiencias), en la medida en la que vamos siendo insertados en la educación académica, vamos adquiriendo habilidades de pensamiento, aprendemos a leer, escribir y a calcular, a comprender los códigos, comenzamos a desarrollar la capacidad de pensar, de resolver problemas abstractos y a considerar ampliar métodos para obtener mejor información de nuestro entorno.


     Cuando eso sucede, la necesidad que se vincula a SABER, nos obliga a buscar información fidedigna y a comprobar los hechos; y es ahí en que se comienzan a usar los recursos para el aprendizaje: los libros, bibliotecas, portales web, revistas de temas específicos, enciclopedias, diccionarios, vídeos instructivos, podcast, tutoriales… en fin, toda una gama de recursos que sirven para esclarecer, reforzar, comprobar hechos y temas de nuestro interés.
     El buen uso de estos recursos nos da ventaja intelectual  y nos catapultan a considerar el uso de habilidades nuevas, destrezas que podemos desarrollar para el alcance y logro de las metas colectivas e individuales.
     Afortunadamente vivimos en la era de la información, los recursos están al alcance de los dedos, solo con una óptima conexión a La Internet, podemos conseguir la información que buscamos. No obstante, en La Internet, también se consiguen informaciones que no son verídicas, fake news y comentarios que pueden dañar la noble búsqueda de información. 
     En ese caso, lo mejor es una visita a la biblioteca y solicitar ayuda de quién puede asesorarnos para alcanzar nuestros objetivos y saciar nuestra necesidad de conocer, de obtener información y de saber cada día más.